Las mejoras en las tecnologías de las comunicaciones seguirán aportando nuevos avances que nos facilitarán las tareas diarias, como los diferentes dispositivos weareables que conectaremos a nuestro cuerpo para intercambiar información desde las nubes, y gracias a Internet, con las cosas y objetos que nos rodean. El laboratorio de tendencias VINT ha sido de los primeros en vaticinar que el próximo modelo de relación que se avecina entre las personas y los objetos acabará con los actuales dispositivos de mano como smartphones o tablets por terminales insertados en, sobre o dentro de nuestro propio cuerpo. A través de estos recibiremos y emitiremos información casi sin darnos cuenta, puesto que pasarán a convertirse en nuevas partes de nuestro cuerpo. Calculan que para el año 2020 se habrán conectado los primeros 50.000 dispositivos adheridos al cuerpo humano.
Una de las mayores ventajas del Internet de las Cosas entre el cuerpo humano y los objetos es que tanto entidades públicas como empresariales podrán comprender mejor la situación particular de sus usuarios y/o clientes. Los departamentos de marketing de las empresas deberán añadir a los tradicionales producto, precio, lugar y promoción un nuevo elemento de estudio, el de contexto. Este nuevo elemento permitirá medir la forma de pensar de los clientes del futuro.
Las formas de interactuar con los objetos, desde nuestro cuerpo conectados, serán varias. Por ejemplo, las conexiones «wearables» serán las que vayan pegadas a nuestra piel para proporcionar datos corporales como el ritmo cardíaco. También habrá dispositivos adheridos al cuerpo «augmentables» que se encargarán de complementar los sentidos con datos procedentes del entorno del usuario, los «surroundables» que permitirán combinar datos del cuerpo del ser humano con información externa, los «enchantables» que serán objetos cotidianos equipados con tecnología inteligente, los «swallowables» que convertirán los datos del cuerpo en un identificador digital y, por último, los «biohackables» que se implantarán bajo la piel para mejorar el desarrollo humano.
Los primeros análisis destacan un enorme potencial tecnológico que deberá acompañarse de las infraestructuras necesarias para realizar estas múltiples conexiones a la vez. Tecnologías escalables como el cloud computing y las cada vez mejores velocidades de la Red contribuirán a que esta tecnología, aprovechándose de su atractivo social y viabilidad económica apoyada en las anteriores, se conviertan en realidad en unos años.