Para lograr la transformación digital en España se haría necesaria una aceleración de la digitalización de la industria, sobre todo de las pymes (pequeñas y medianas empresas) y los autónomos, así como una mayor formación digital de los españoles.
La afirmación ha sido una de las principales conclusiones del informe La Sociedad Digital, editado por Fundación Telefónica, donde se ha insistido en que esos dos factores serían la clave para reactivar la economía (tras la crisis originada por la enfermedad del coronavirus, COVID-19) y generar empleo.
Esta digitalización debería estar centrada en las personas para ser las beneficiarias y nadie debería quedarse atrás. En todo caso, los españoles deberían tener el control de su vida digital.
“Un reto que pasa por la formación en competencias digitales, con una visión humanista y donde se proteja a las personas con un marco ético y un nuevo contrato social”.
Las pymes aún tendrían que recorrer un largo camino hacia la digitalización. Y es que, por ejemplo, el 23 % de las compañías grandes y medianas hacen un uso regular del cloud computing, pero esta cifra cae hasta el 9 % en el caso de la microempresa.
Esto podría resultar un dolor de cabeza para las pymes, tomando en cuenta que las empresas industriales españolas esperan que (en un plazo de cuatro años) aumenten sus ingresos en torno al 11 % como fruto de la digitalización, al tiempo que se reduzcan los costos casi en una quinta parte.
“El uso de análisis a través de big data en el sector productivo es aún más anecdótico: poco más de la décima parte de las pymes y grandes, y un reducidísimo 2 % de las micro de menos de 10 empleados, que representan en torno al 95 % del tejido empresarial de nuestro país”.
La Fundación Telefónica ha tomado en cuenta el estudio de PwC Industria 4.0 Global Digital Operations Study 2018, donde se ha revelado que dos de cada tres empresas españolas se están quedando rezagadas en el proceso de digitalización; solamente el 20 % de sus ingresos procede de productos y servicios digitales.
Entonces, acelerar esta digitalización de las pymes y autónomos podría contribuir (tras la COVID-19) a que repunte la economía y se cree empleo en uno de los sectores más castigados junto al turismo y los servicios.
Formación digital de los españoles
Se ha confirmado que la formación digital, más que nuca, se presenta como una oportunidad ante la crisis de la COVID-19.
Según el sdiE 2019, todavía faltaría camino por recorrer en España para lograr un nivel óptimo, conforme a los indicadores más relevantes en esta materia.
“Es un hecho que en nuestro país poco más de la mitad de las personas entre 16 y 74 años poseen capacidades digitales básicas».
A pesar de estos bajos niveles, la tendencia parecería positiva y los usuarios con capacidades digitales avanzadas habrían pasado del 32 % de la población en 2017 al 36,1 % en 2019.
También habrían aumentado los usuarios con capacidades digitales básicas (del 28 % al 32 %), fundamentalmente por la incorporación de nuevos usuarios de Internet, según lo publicado.
Además, se ha especificado que la falta de formación digital es una de las principales causas que limitan el uso de diferentes servicios digitales.
“El 14,5 % de la población no compra en Internet por falta de habilidades o conocimientos y tampoco hace uso generalizado de la Administración electrónica por esta misma falta de habilidades o conocimientos”.
Entonces, la falta de capacitación digital podría llegar a convertirse en un factor de exclusión social en una sociedad donde la digitalización de todas las actividades cotidianas crece de forma imparable.
Se cree que fomentar las vocaciones STEM y STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes, Matemáticas) es una labor compleja y urgente.
Y es que los últimos datos disponibles del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte han reflejado que el número de matriculados en carreras técnicas (ingenierías, Arquitectura, etc.) ha descendido un 28 % en los últimos años.
“Pero además, esta capacitación digital no debe ser solo técnica, también debe trasladarse a las disciplinas humanísticas y a fomentar una actitud creativa. Esta integración de conocimientos y habilidades será imprescindible para afrontar los empleos del futuro”.
Integrar las ciencias y las tecnologías con la visión humanista, que permita desarrollar un entendimiento verdaderamente integral del mundo, sería la mayor garantía para un futuro marcado por la automatización y robotización.
El futuro digital
Desde la Fundación Telefónica se ha puntualizado que la inclusión es uno de los desafíos que presenta esta revolución digital, por lo que se debe asegurar que sea una digitalización para todos.
“El proceso de transformación repercute directamente en la economía, en la democracia y en la aplicación efectiva de los derechos”.
Es por ello que las políticas sociales y fiscales también deben adaptarse a la sociedad digital para acompañar a las personas y mitigar el impacto de la automatización en el mercado laboral y en las contribuciones fiscales.