El móvil está revolucionando nuestras vidas y seguirá haciéndolo. El ordenador, que fue protagonista absoluto hace unas décadas del mismo éxito y popularización, parece que empieza a perder brillo frente a los dispositivos móviles y portátiles. Los datos prevén que en 2018 el tráfico IP en España a través de dispositivos móviles supere (51%) al del tráfico originado desde equipos de sobremesa (49%). Y sin embargo los ordenadores seguirán experimentando un ritmo de crecimiento del 10%, pero lejos del 18% de televisores conectados a Internet, del 74% de las tablets, del 64% de los smartphones o del 84% de las conexiones máquina a máquina.
El cambio ha sido espectacular, puesto que en 2013 los móviles y portátiles distintos al PC generaban apenas el 17% del tráfico de Internet. Y eso que en ese mismo año en España el tráfico en horas punta se incrementó un 13%. A ese ritmo, en 2018 se alcanzarán 11 Tbps, el equivalente a 9,3 millones de personas accediendo a vídeo en streaming en alta definición de forma simultánea.
Para seguir con datos interesantes, el número de usuarios de Internet en España alcanzará los 38 millones en 2018, por los 36 millones registrados en 2013. ¿Y dispositivos? Unos cuantos más: 245,2 millones en 2018, por los 135,9 millones de dispositivos móviles contabilizados en 2013. Esto supone que en 2018 tendremos, por persona, una media de 5,2 dispositivos móviles.
Respecto a la velocidad de Internet, en España la media de banda ancha fija alcanzará los 46 Mbps, desde los 17,5 Mbps registrados a finales de 2013. Y la velocidad media de los dispositivos móviles será de 3 Mbps, doblando los 1,5 Mbps alcanzados el pasado 2013.
¿Y a nivel mundial? Los mayores generadores de tráfico IP del mundo en 2018 serán, en orden, Estados Unidos con 37 Exabytes mensuales y China con 18 Exabytes mensuales. Por su parte, India será el país donde el tráfico IP crezca más rápidamente, con una tasa de incremento interanual del 39% entre 2013 y 2018, seguido por Indonesia con un ratio de crecimiento interanual del 37%. Cifras que marean pero que advierten de los grandes cambios que se avecinan y del incremento del volumen de datos que se transmitirán por Internet sobre todo por la irrupción de las comunicaciones en video en alta definición y en ultra-alta definición.