Llegará un momento que la analítica de datos o el Big Data determine cada una de las decisiones que tomemos. Será cuando los hechos medidos sean definitorios del siguiente movimiento que hacer, quedando atrás las corazonadas o cualquier acto fuera de la fría racionalidad de los datos predictivos. Pero hasta que ese momento llegue, aún falta tiempo. Un precioso tiempo y muchos recursos tecnológicos que, cómo no, se alojarán en las nubes.
Pero ya se aprecian los efectos de que la analítica predictiva está transformando la vida moderna. Las innovaciones llevadas a cabo desde los años 30 del siglo XX han revolucionado la investigación y el desarrollo de forma que empresas de cualquier tipo o tamaño e, incluso, los consumidores, tomamos las decisiones. Baste señalar que cada día se crean 2,5 trillones de bytes relacionados con el Big Data, por lo que la analítica es cada vez más necesaria para tomar decisiones predictivas precisas.
Algunos consideran la analítica la tecnología del siglo XXI gracias al cloud computing. Esta innovación masiva servirá para resolver problemas hasta ahora irresolubles, con lo que otorgará gran valor a los Gobiernos, empresas y ciudadanos en sus tomas de decisiones diarias.
Desde sus orígenes, la analítica de datos se ha utilizado tanto para descodificar los mensajes alemanes en la Segunda Guerra Mundial o automatizar la defensa antiaérea apuntando contra aviones enemigos como para revolucionar el deporte profesional (cuando el equipo Oakland A’s empezó a utilizar el análisis con fines competitivos). ¿Qué nos deparará en el futuro? ¿Servirá como predijo Hollywood en la película Minority Report para contar con servicios de policía predictiva que prevengan delitos o para acabar con los accidentes de tráfico? El tiempo nos lo dirá.